Sobre mí

Durante mi niñez y adolescencia pensaba que no había tarea más aburrida que leer un libro; era una creencia generalizada en las instituciones donde estudié. En consecuencia opté por El Coronel no Tiene quien le Escriba de Gabriel García Márquez cuando en mi clase de Español me requirieron leer un libro, siendo éste el texto más corto que pude encontrar en la biblioteca de mi colegio. Para mi decepción esta experiencia sólo me sirvió para corroborar lo insufrible que me resultaba esta empresa, el libro en cuestión se me antojó tedioso y con un final casi ofensivo.

Una vez concluidos mis estudios de secundaria tuve la osadía de elegir una carrera relacionada con la literatura, ya que si no soportaba la lectura disponía de un nivel de tolerancia mucho menor hacia los números, y la mayoría de los programas universitarios incluyen en su pénsum alguna asignatura matemática. El programa de Lenguas me atrajo por los idiomas, pero ni en aquel entonces tenía yo intenciones de tomarme la molestia de leerme un libro entero, por lo tanto me limité a comprar cuanto análisis literario y resumen pudiera encontrar en las librerías locales para cumplir con mis obligaciones académicas; así 'leí' El Quijote, La Ilíada y La Odisea entre otros. De esta forma me sostuve en la universidad por algunos semestres hasta que mi profesor de Literatura Universal nos pidió leer Ana Karenina de León Tolstoi; yo me dispuse como de costumbre a buscar el resumen, pero para mi infortunio (al menos así lo interpreté en aquel momento) no lo encontré en ninguna librería de la ciudad. Aquello sucedió en la década de los 90s cuando aún no contábamos con las bondades del Internet, no quedándome otra alternativa que comprar la versión original del libro y leerlo completo!

Después de lamentar mi mala suerte me resigné a emprender la faena que tenía el tamaño de una Biblia! Me obligué a leer un capítulo cada noche, hasta que unos días más tarde caí en la cuenta de que estaba deseando que llegara el momento de continuar con el siguiente episodio y conocer los nuevos sucesos de la trama. Para mi sorpresa este libro me mantuvo entretenida por el tiempo que duró la lectura, sin mencionar que entendí y disfruté mucho más de mi curso de literatura y de las explicaciones de mi profesor en clase. Después de aquel libro decidí leer otro, y probar con otro y luego otro más… Desde entonces me propuse comprar libros o pedirlos prestados en las bibliotecas y llevarlos en mi bolso para poder leer en cualquier sitio; hasta que algunos años más tarde uno de mis estudiantes me regaló un CD que contenía 1000 libros y continué leyendo en mi PC. Más adelante vi a otro alumno leyendo en un lector digital y se me antojó tan práctico y cómodo que al poco tiempo me compré uno. Ahora siempre llevo una biblioteca en mi bolsillo a donde vaya.

Hoy creo que si me hubiera dado la oportunidad con las matemáticas seguro me habrían gustado también ;)

Edna María