Antes de empezar debo aclarar que este Caballo de Troya no se trata del archiconocidísimo caballo que utilizaron los Aqueos para esconderse de sus enemigos durante la guerra de Troya; según nos cuenta el autor griego en su Ilíada. A decir verdad no hay relación alguna, salvo que los protagonistas de este Caballo de Troya también se ocultaron por un período de tres años mientras vivían encubiertos en la Palestina del año 30, y para tal fin se valieron de una máquina del tiempo.
Esta saga publicada entre 1984 y 2012 por el español J.J. Benítez (quien
afirma no ser el escritor directo de la obra) consta de 9 tomos y uno extra
llamado El Día del Relámpago.
El argumento trata pues de dos militares norteamericanos miembros de la
Fuerza Aérea de Los Estados Unidos que viajan a través del tiempo hasta la época de
Jesús de Nazareth con la intención de abordarlo personalmente y poder así confirmar
o desmentir todo cuanto se ha dicho y escrito acerca de él a través de la
historia. El primer tomo se ubica en los días precedentes a la pasión y muerte
del rabí de Galilea.
Mi puntuación:
En mi opinión, el título Caballo de Troya no se ajusta muy bien a la obra, eso debido a que ésta se centra en otro tema bien distinto al que tradicionalmente conocemos como La Guerra de Troya. El nombre “Caballo de Troya” ya había sido usado y hecho famoso por el mencionado Homero en la antigua Grecia y posteriormente en todo el mundo; razón por la que todos en algún momento caemos en la trampa de confundir una cosa con la otra.
Mi puntuación:
En mi opinión, el título Caballo de Troya no se ajusta muy bien a la obra, eso debido a que ésta se centra en otro tema bien distinto al que tradicionalmente conocemos como La Guerra de Troya. El nombre “Caballo de Troya” ya había sido usado y hecho famoso por el mencionado Homero en la antigua Grecia y posteriormente en todo el mundo; razón por la que todos en algún momento caemos en la trampa de confundir una cosa con la otra.
Asimismo, hablando de confusiones…, otra muy recurrente es la
personalidad del protagonista de la obra: Jesús de Nazareth. Citado siempre en
textos cristianos y católicos, ha sido convertido en una figura atormentada y
justiciera, fuertemente ligada a credos y dogmas religiosos. En esta saga en
cambio, se nos presenta a un personaje bastante jovial, optimista y ante todo
despojado de preceptos religiosos de toda índole.
De igual modo, se recrean sucesos cuyos desenlaces difieren en gran
medida de los referidos en textos como La Biblia. Al punto que el autor considera
conveniente disuadir a aquellos lectores cuyas creencias religiosas se
encuentran demasiado arraigadas como para aceptar conceptos nuevos o al menos
no permitir que estos les afecten de una manera negativa.
La mejor parte comienza cuando los viajeros arriban a la Palestina del
año 30 y emprenden la búsqueda de Jesús de Nazareth, debiendo seguirle la pista
a Lázaro para lograr un acercamiento al rabí. Éste, por su parte, se muestra renuente a la irrupción
de desconocidos que desean acercarse al Maestro en un momento en que es
perseguido ferozmente por los fariseos.
La gran aventura inicia con el relato del pasaje de la resurrección de
Lázaro, una de las escenas más apasionantes sin lugar a dudas, el escritor
provee una rica descripción llena de detalles que logran enganchar al lector de
manera definitiva. Es francamente interesante hacer una comparación entre esta
versión y el relato bíblico, ya que ofrece muchas diferencias que sugieren la
reflexión.
A esto le sigue el esperado encuentro entre Jesús y Jason, (nombre ficticio
que utiliza uno de los viajeros); un individuo entrenado en las Fuerzas
Militares de los Estados Unidos y puesto a toda prueba, simplemente se queda
sin palabras y no sabe cómo reaccionar cuando Jesús se abre paso entre la muchedumbre
para acercarse a él y darle la bienvenida. Esta es una escena tragicómica en la que
Jesús debe romper el hielo y empujar a Jasón a salir de su estupor inicial.
Una vez superado el aturdimiento Jasón entonces decide permanecer al
lado del Maestro allí a donde él fuere, incluyendo un acompañamiento permanente
durante las difíciles horas de la pasión y muerte.
Esta sería la parte histórica de la obra como tal, la narración
puramente circunstancial. No obstante, paralelo a esto se desarrolla otro
relato, quizá el más trascendental, y me refiero concretamente a las enseñanzas
del rabí.
Las largas conversaciones que sostienen Jasón y Jesús y que quedan a la
libre interpretación de cada cual constituyen una fuente inagotable de
reflexión y aprendizaje. Pues bien, en la obra se deja claro que Jesús no vino
a saldarle las cuentas a nadie, ni a morir por los pecados de nadie, sino
específicamente a comunicarnos la existencia de un Padre (El Padre Azul como le
llama). Y que nosotros como hijos del Creador somos, en consecuencia, creadores
también. Su mensaje no está, ni mucho menos, restringido a ningún grupo social,
raza o religión, pues todos estamos llamados a asumir el nuevo evangelio como
un estilo de vida.
Debo añadir que Jesús resulta ser un sujeto quizá demasiado moderno para
muchos, no sólo en su época sino en la nuestra también. No se avenía a la
supuesta inferioridad de las mujeres (por ejemplo), era un individuo bastante
feminista (entiéndase Feminismo como igualdad de género), y lo era mucho más su
madre (María – La Señora), una mujer de ‘armas tomar’ que no dudaba un instante
a la hora de defender sus derechos y los de los suyos; esta figura difiere años
luz de la mujer sumisa y simplona que nos muestra la Biblia (Amplia descripción
en el libro 3 de la saga).
Según el autor Jesús era un ser inteligente, evolucionado y justo capaz
de ver que la prostitución (por citar un ejemplo) es una falta infinitamente
menor que la hipocresía, y que si constituye una falta lo es por razones muy
diferentes a las que socialmente concebimos. Habitualmente aceptamos sin mucho
aspaviento a un hipócrita en nuestro círculo, pero una prostituta no tiene
chance.
Jesús insiste (hasta el cansancio) en desaprender las creencias erróneas
que nos han inculcado desde la infancia y nos propone acogernos a las nuevas
enseñanzas: confiar, mantener la fe ciega que mueve montañas y saber que existe
un Padre que es amor y que está dispuesto a concedernos todo de manera
gratuita, sin sacrificios que, ni siquiera nosotros (padres y madres humanos)
impondríamos a nuestros hijos. Este es un Padre que nada tiene que ver con el
temor sino con la fe. A este punto parece que lo único que nos diferencia de
Jesús es su creencia absoluta en el Padre, y que en realidad Él no cuenta con
poderes sobrenaturales de los que nosotros no podamos disponer si tan sólo creyésemos.
Somos nosotros con nuestras interminables dudas quienes ponemos límites a
nuestros sueños.
“No juzgues por las apariencias.
Vive tu fe cuando todo parezca desvanecerse."
“No desfallezcas por apariencias
exteriores. Permanece firme en tu fe y pronto conocerás la realidad de lo que
crees.”
“No importa lo difícil que pueda ser: ahora debes caminar sobre la fe y
no sobre la vista”
Aunque la obra está
catalogada como novela, el autor asegura tener en su propiedad los manuscritos
originales entregados a él por uno de los viajeros antes de su muerte. Pues
bien, sea verdad o ficción es una obra que vale la pena leer, quedando la
veracidad de su contenido a juicio del lector. A modo personal considero que si
alguien es capaz de creer en la Biblia ¿por qué no iba a darle crédito al
Caballo de Troya? Es mucho más saludable y práctico ya que no es necesario
someterse a nada: ni a ritos, ni a celebraciones, ni a grupos, ni a
iniciaciones, ni a nada… y si finalmente no le convence su mensaje pues no pasa
nada; no hay venganzas, no hay Yavé montado en cólera; ni el escéptico lector tendrá que arder eternamente en la llamas de infierno. Inclusive si se toma el contenido
como una obra de ficción meramente, el lector se verá en dificultades para no
llevar a cabo la lectura completa de un solo tirón porque este relato puede clavarle en una silla por muchas horas.
Precaución: El libro comienza
con una larga introducción detectivesca capaz de disuadir a un lector incauto y
poco experimentado en la noble tarea de esperar pacientemente a que un suceso
emocionante irrumpa más adelante y le haga desistir de dar por concluida la tarea
antes de empezar la verdadera aventura. Consecuentemente, una dosis de
paciencia dejará al lector bien recompensado, o si se prefiere, algunos han
pasado por alto este prólogo y han comenzado por “El Diario del Mayor” (No se pierden
de mucho en realidad). Yo opté por leer la obra completa, y esta primera parte
aunque monótona aclara varias circunstancias que explican cómo llegó toda esta
información a manos de Benítez.
Esta Serie me la recomendó muchisimo una amiga que no lee, pero sin embargo que durante años ha Caballo de Troya. Muy buena reseña, me has dejado muy tentada!!
ResponderEliminarSaludos.
Pues si te decides a leer el libro ya me contarás que te parece ;)
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