Escrito en 1986. Caballo de Troya 2 cuenta el
segundo viaje en el tiempo de Jasón y Eliseo, dos viajeros norteamericanos que permanecieron
11 días en compañía de Jesús durante su pasión y muerte y los días precedentes.
El primer viaje finalizó tras la aparente resurrección del galileo de la cual los
viajeros no tuvieron ocasión de confirmar.
Pero un incidente ocurrido en el primer viaje
obligó al proyecto Caballo de Troya enviar a los viajeros de vuelta a la
Palestina del año 30. Entre el instrumental que Jasón y Eliseo trasladaron consigo
para llevar a cabo su misión figuraba un micrófono que el Mayor había ocultado
en un florero en el recinto donde se celebró la Última Cena y que a causa de un
temblor de tierra Jasón se vio obligado a abandonar y regresar a la cuna para
emprender el viaje de regreso a 1973.
Pues bien, la recuperación de este artefacto fue
decisiva para llevar a cabo un segundo salto en el tiempo ya que este segundo viaje no había sido
planeado en un principio. El micrófono se utilizó para grabar la conversación
que sostuvo Jesús con sus discípulos durante la cena previa a su prendimiento.
Era menester que estos dispositivos regresaran a la época a la que pertenecían y
no quedaran “olvidados” en un tiempo en que podrían levantar sospechas y
confusiones entre los habitantes locales.
La primera parte del libro, quizás más de 200
páginas, consiste en un extensísimo relato sobre asuntos estrictamente
técnicos: el nuevo instrumental que los viajeros debían implementar, el
desmantelado y posterior ensamblaje de la cuna, los chequeos médicos que debían realizarse los viajeros, etc; ésta es acaso
la parte más tediosa de toda la obra. Este hecho
explica por qué un número de los lectores de Caballo de Troya abandonan la
empresa en este volumen de la saga; pues la cantidad de datos irrelevantes que
llega casi hasta la mitad del libro constituyen un factor disuasivo casi
infalible; y ni qué decir tiene de los pie de página que abundan en todo el
libro, algunos de ellos llegan a ocupar más de la mitad de la página. Sólo
quienes quedaron verdaderamente prendados tras la lectura del primer libro
estarán en condiciones de resistir la prueba que constituye este segundo
prólogo.
Aunque…, dicho sea a favor, toda esa perorata tiene
su lado interesante; por ejemplo: los avances tecnológicos con los que se
puede contar hoy en día pero que en la década de los 70s se presume que no
existían son notables, como lo es la “piel de serpiente”. Una capa súper
resistente que llevaba Jasón adherida a su piel para protegerse de cualquier
ataque, se asemeja al material que hoy han desarrollado con nanotecnología y
que se proyecta para la manufactura de prendas de vestir en un futuro.
En este segundo tomo se desvela por fin la escena de la Última Cena, de la que se hizo alusión en Caballo de Troya 1, pero que no fue incluida allí debido a su extensión. Tal como advertimos en el primer tomo, muchos de
los sucesos que acontecen en la vida de Jesús fueron trastocados por los
escritores sagrados; y como era de esperarse las alteraciones se siguen
presentando en el episodio de la Última Cena. El Mayor revela datos que
difieren en gran medida de los relatos proporcionados por la Biblia como en los
evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan; quedando la institución de la
Eucaristía en entredicho.
El segundo viaje, además de recuperar el micrófono
tiene como fin registrar las apariciones de Jesús tras la resurrección. Una vez
más, los escritores sagrados difieren en multitud de aspectos: número de
apariciones, lugares en que tomaron lugar, y los testigos que las presenciaron.
Según el Mayor, esta discrepancia en la información registrada en los libros
sagrados estriba en el hecho de que los discípulos nunca tuvieron la iniciativa
de tomar apuntes y notas de los eventos que acaecieron en la vida de Jesús en
su momento, y no fue hasta muchos años después de su muerte que se les ocurrió
poner por escrito sus enseñanzas y hechos, no sin antes alterar la información
bien sea por que no la recordaban con precisión o por la ambición de formar una nueva religión. Asimismo cabe considerar que algunos de los escritores de la Biblia,
discípulos convertidos después de la muerte de Jesús, no tuvieron un trato
directo con él; por lo tanto su papel queda reducido a meros testigos de oídas,
tal es el caso del apóstol San Pablo.
Otro aspecto relevante de este volumen es la
aparición de María, la madre de Jesús, que describe los episodios de la
concepción e infancia del Maestro. Este capítulo no tiene desperdicio, según el
escritor, las obras sagradas pasaron de la exageración a la fantasía, alterando fecha, circunstancias, y añadiendo objetos fantásticos la historia. Caballo
de Troya afirma que los hechos fueron mucho más cotidianos y humanos de lo que nos ha
inculcado la religión. Sólo la futura "rentabilidad" de constituir una religión conferiría
matices divinos y sensacionalistas a hechos naturales como la concepción de un
ser humano y su infancia.
Caballo de Troya 3
Caballo de Troya 3
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